martes, 5 de abril de 2011

Dieta del Dia

Dieta del Dia


¿Estás engordando por comer tarde en la noche?

Posted: 05 Apr 2011 08:10 AM PDT


Existen varias posiciones en cuanto a comer tarde, sobre todo cuando se trata de bocadillos luego de la cena. Muchos consideran que este hábito es la causa de los kilos o libras de más, otros lo consideran el fracaso de sus dietas y algunos, por el contrario, no encuentran nada malo en este hábito. Aquí hablamos de este tema y de algunos descubrimientos que demostrarían por qué quizá comer de noche podría contribuir, pero no dejes de cenar. Sigue leyendo.

Cansada de probar dietas mágicas y milagrosas para adelgazar, que por supuesto no hacían efecto, Marisa decidió intentar su propio método. Había hecho la dieta de la luna, la del atún, la de líquidos y agua. Toda dieta que encontraba o le sugerían, ella la probaba y terminaba frustrada.

Entonces, un día llegó a la errónea conclusión de que para adelgazar debía dejar de consumir calorías y, por lo tanto, había que evitar comer. Así programó su propia dieta: tomaba un jugo de naranja o un vaso de leche al despertar y aguantaba lo más que podía sin comer, a la hora del almuerzo trataba de tomar un yogurt o alguna colación y por la tarde tomaba té o café con edulcorante "para matar la ansiedad" tratando de aguantar lo más posible sin comer.

Pero tal ritmo alimenticio solo duró unos días. En seguida comenzó a levantarse por la noche, mientras todos dormían, a comer cualquier cosa que encontrara en el refrigerador, sin importar si era dulce o salada. A veces se despertaba con hambre, otras en cambio, el dolor de estómago no la dejaba dormir hasta que comía algo.

De ese modo, Marisa no sólo no perdió un solo gramo de sino que estuvo a punto de enfermarse. Uno de los errores más comunes es creer que debes dejar de comer para adelgazar. Por el contrario, ¿se te ha ocurrido que puedes perder tus libras o kilos de más comiendo frecuentemente a lo largo de todo el día?

En este punto, los especialistas coinciden en que es preferible comer más durante el día que por la noche, por la sencilla razón de que las calorías que ingieres en las horas en que estas despierta y activa puedes consumirlas con la misma actividad que realizas. Por la noche, en cambio, luego de cenar te vas a dormir y el cuerpo consume muy pocas de las calorías que has ingerido, con lo cual el excedente se acumula en tu cuerpo.

Esto no significa que debas eliminar la cena ni mucho menos. Ese es otro mito que se formó en torno a esta comida tan importante. Por el contrario, los especialistas recomiendan comer alimentos livianos de noche, pero nunca dejar de hacerlo. En lo posible, sí se aconseja evitar los bocadillos posteriores a la cena, que en general suelen ser altos en calorías y no aportan nutrientes: como chocolates, dulces, galletas y ese tipo de comidas que sí hacen que tus esfuerzos fracasen.

Lo interesante es que unos estudios recientes realizados en ratas parecen corroborar la hipótesis de que en ellas, quienes ingieren calorías durante la noche tienden a ganar hasta el doble del peso que quienes comen durante el día, y no sólo por el consumo de calorías sino también porque es posible que se produzca una interrelación entre la temperatura corporal, el ciclo de sueño y una hormona llamada leptina, que suprime la sensación de hambre. Sin embargo, por el momento, estos descubrimientos son preliminares y faltan hacer más investigaciones al respecto para comprobar qué es lo que ocurre específicamente en las personas cuando comen de más por la noche.

Lo que sí es un hecho es lo que se denomina síndrome de alimentación nocturna, que a menudo se confunde con un problema de sueño cuando no lo es. Consiste en levantarse por la noche a comer, algo similar a lo que le ocurría a Marisa, y si lo padeces no te permite descansar bien.

Teniendo todo esto en cuenta, recuerda que lo más importante es llevar una dieta balanceada y saludable, prestando atención al tamaño de las porciones y desde luego acompañada de una rutina de ejercicios. Si quieres mantenerte en forma y conservar tu salud, no te dejes llevar por las dietas de moda, si tienes dudas, siempre puedes consultar a tu médico o a un dietista registrado que puede orientarte en base a las características propias de tu cuerpo, a tus costumbres y a las libras o kilos que quieras perder. Quizás te sorprendas y descubras que una buena dieta te permitirá disfrutar nuevos sabores y comer bien mientras adelgazas. Y lo principal, es que te sentirás mejor y estarás invirtiendo en tu salud.


Interpreta bien lo que dicen los empaques o envases ¡no caigas en la trampa!

Posted: 05 Apr 2011 05:31 AM PDT


La selección de los alimentos es una de las cosas principales a la hora de cuidarte y llevar una dieta que te ayude a perder o mantener tu peso. Cuando vas al supermercado y ves los estantes llenos de ofertas que prometen ser bajas en grasa y /o calorías, puedes estar frente a tus mejores aliados o tus peores enemigos. Aquí te contamos cómo alimentarte mejor sin caer en las prometedoras trampas de los envases.

Amalia siempre dedica un buen rato a seleccionar productos bajos en grasas, sin azúcar y reducidos en calorías cada vez que visita el supermercado. De ese modo, cree que está disfrutando los alimentos que más le gustan sin renunciar a su dieta en contra de esos kilos o libras de más.

Sin embargo, la publicidad y la presentación de los alimentos muchas veces pueden ser engañosas, y seleccionar los alimentos más saludables se convierte en una tarea confusa y difícil ante la gran variedad de productos disponibles que prometen resultados inmediatos y beneficios efectivos.

Por eso, es importante aprender a seleccionar la comida de manera inteligente, así como a leer las etiquetas de los productos para saber qué nutrientes contienen y cuándo incluyen componentes que debes evitar.

Por ejemplo, una de las trampas más comunes suelen ser las galletas dulces reducidas en calorías. Si bien es cierto que pueden tener menos calorías que aquellas que no lo son, eso no quiere decir que puedes comer desmedidamente la cantidad que desees. Por el contrario, las galletas dulces reducidas en calorías suelen seguir siendo altas en carbohidratos y, aunque en menor cantidad, también contienen azúcar. Asimismo, si bien pueden tener menor cantidad de calorías, aún así éstas pueden ser excesivas para tu dieta.

Teniendo esto en cuenta, si prestas atención hasta puede resultarte entretenido buscar alimentos alternativos más sanos y nutritivos que una porción de 5 galletas dulces reducidas en calorías. Por ejemplo, puedes reemplazarlas por una fruta o yogurt, entre otras cosas.

Esto mismo suele ocurrir con otro tipo de alimentos reducidos en azúcar, que si bien pueden reemplazar el azúcar por otro tipo de edulcorantes, suelen contener almidón (que es un tipo de carbohidrato) que te aporta calorías. Por eso, es importante que corrobores cómo están compuestos y limites su consumo.

Pero si logras modificar tus hábitos alimenticios y los reemplazas por alimentos más nutritivos será mucho mejor, ya que podrás mantener tanto una buena salud, como tu peso deseado, mientras que vas descubriendo nuevos sabores y delicias para tu paladar. Y sobre todo, te darás cuenta que puedes comer más cantidad y no hará falta que te quedes con hambre.

¿Quieres otro ejemplo? Los cereales bajos en grasas, como la granola, también tienen azúcar. Es cierto que la granola posee nutrientes importantes para un buen desayuno, pero si el objetivo es consumir menos calorías, éste no será el caso: se estima que una taza y media de granola reducida en grasas supera las 500 calorías y contiene 11 cucharaditas de azúcar.

En conclusión: que un alimento sea bajo en grasas, en azúcar o en calorías, no quiere decir que no las tenga. Muchas veces, en su versión original, estos productos tienen demasiadas (calorías, azúcar o grasa) y por eso, si bien los productos reducidos pueden ser preferibles antes el equivalente sin reducción, esto no quiere decir que tienes vía libre para comer la cantidad que quieras, ya que aún así pueden ser más de las que necesites.

En efecto, si los reemplazaras por alimentos más saludables y no por eso menos sabrosos, posiblemente podrías comer más cantidad con menos ingredientes nocivos.

Recuerda que estas indicaciones también se aplican en el caso de los líquidos. Muchas veces tomamos jugos y otras bebidas sin darnos cuenta del aporte calórico que nos proporcionan. En estos casos también es preferible que elijas sodas sin azúcar, así como productos reducidos en grasas y calorías, pero siempre consumidos con moderación.

Ahora que sabes todo esto, es fácil que comprendas porque debes prestar atención a la hora de elegir y consumir alimentos reducidos en grasas, en azúcares y en calorías. En otras palabras, no existe ningún alimento "mágico" que puedas comer desmedidamente y que al mismo tiempo te permita mantenerte en forma y cuidar tu cuerpo.

Selecciona inteligentemente lo que vayas a comer. Y si acompañas la dieta con una rutina de ejercicios ¡mucho mejor! No sólo te permitirá mantener o alcanzar tu peso deseado sino también conservar tu salud y hacer que te sientas fuerte, hasta y de mejor humor.


Potomanía: beber agua, pero lo necesario

Posted: 04 Apr 2011 03:51 PM PDT


Escuchamos y leemos frecuentemente acerca de la importancia de beber agua en cantidad suficiente para contribuir a un mejor funcionamiento de nuestro organismo. Sabemos de las innumerables ventajas de mantener una dieta sana y equilibrada en la cual la ingesta de líquidos es de importancia fundamental.

Incluso desde la medicina, cuántas veces nos ha dicho el médico, aún frente a dolencias de índole diversa lo esencial que son, o bien los 2 litros diarios, los 8 vasos, o la cantidad que se considere adecuada de agua para cada persona. Pero, ¿qué significa "cantidad adecuada"?

Existe un límite que si traspasamos se convierte en exceso y, como tal, tenemos que prestar mucha atención para evitar caer en situaciones de igual y aún en ciertos casos mayor gravedad que la falta de hidratación. Este mal, que se ha dado en llamar "potomanía" es un desequilibrio que nos hace sentir grandes deseos de beber líquidos. Tratándose de agua el término específico que se aplica es "polidipsia".


En circunstancias normales hablamos de consumir de 1,5 a 2 litros diarios cuando hace calor, cantidad que las personas mayores deben tener especialmente en cuenta, ya que a edades avanzadas disminuye la sensacion de sed. Podemos aumentar esa cantidad si, por ejemplo, estamos realizando ejercicio físico porque transpiramos y al hacerlo perdemos líquido. También si estamos enfermos pues, en este caso, el agua va a contribuir al transporte y eliminación de toxinas.

Pero cuando, sin motivo aparente aumenta de manera llamativa nuestra sed, debemos consultar con un médico para que investigue la posibilidad de la existencia de diabetes, ya que es uno de los primeros síntomas que muestra esta enfermedad. También hay que ser cauto con ciertas dietas que proponen consumir agua como forma principal para adelgazar, dado que la "desmineralización" que conlleva puede provocar daños orgánicos irreparables.

Por tratarse de una enfermedad mental el tratamiento recomendado es psicológico o psiquiátrico.


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